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Lucecita
Suena otra vez la voz que ordena mi conciencia, la que pide que no pierda la cabeza y no, cita obligada con mi instinto quiere de a poco que me aleje del peligro. Quiere y no puede. No debo hacerlo más. Nunca, nunca más. Pensando en vos y en dios lo malo aquí descansa, si se despierta con su pum, pum puñalada, intoxica con excesos mis sentidos perdiendo paz que apenas gano si estoy vivo no me abandones, ruego de tu perdón, hoy te imploro. Vuelve junto a mí, dime dónde estás. Lucecita cuídame del mal. Vuelve junto a mí dime dónde estás. Ilumina la oscuridad que me pierdo. Vuelve junto a mí, dime dónde estás. Lucecita líbrame del mal. Vuelve junto a mí, dime dónde estás. Sálvame de la profundidad de este infierno. No puedo más con los tropiezos y caídas, dentro de mi confieso, tengo mil heridas que escondí de aquel verdugo que me nombra, viene por mi persiguiendo hasta mi sombra. No me abandones ruego de tu perdón yo te imploro. Vuelve junto a mí, dime dónde estás. Lucecita cuídame del mal. Vuelve junto a mí dime dónde estás. Ilumina la oscuridad que me pierdo. Vuelve junto a mí, dime dónde estás. Lucecita líbrame del mal. Vuelve junto a mí, dime dónde estás. Sálvame de la profundidad de este infierno. Suena otra vez la voz que ordena mi conciencia, suena y me pide que no pierda la cabeza y no...
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